La Astronomía | ||
![]() | ||
Trazando el Cielo | ||
Estrellas y nebulosas | ||
- El Diagrama H-R | ||
- Evolución | ||
- Nebulosas | ||
- Enanas marrones | ||
Galaxias y Cuásares | ||
Estructuras cósmicas | ||
Expansión del Universo | ||
Cosmología Moderna |
![]() Observar una estrella a través del telescopio permite conocer muchas de sus importantes propiedades. El color de una estrella es un indicador de su temperatura y ésta, a su vez, depende de una combinación entre la masa de la estrella y su fase evolutiva. Usualmente, las observaciones también permiten encontrar la luminosidad de la estrella o la tasa con la cual ella irradia energía, en forma de calor y luz.
Todas las estrellas visibles a simple vista forman
parte de nuestra galaxia, la Vía Láctea. La Vía Láctea es un sistema compuesto
por unos cien mil millones de estrellas, junto con una
considerable cantidad de material interestelar. La galaxia tiene forma de un disco
chato sumergido en un halo débil y esférico. La gravedad impide que las estrellas
se escapen y, sus movimientos, hacen que el sistema no colapse. La Vía Láctea no
posee un límite definido, la distribución de las estrellas decrece gradualmente con distancias
crecientes del centro. El SDSS detecta estrellas más de un millón de veces más débiles que
las que podemos ver a simple vista, lo suficientemente lejos para ver la estructura de la
Vía Láctea.
Colores y luminosidades de las estrellas: el diagrama H-RLos astrónomos, a menudo, hacen gráficas en las que representan la
luminosidad de las estrellas en función de su
color. La primera de esas gráficas fue realizada a comienzos
del siglo XX, cuando los astrónomos tomaban espectros de miles de
estrellas y, entonces, los ponían en una secuencia basada en el
aspecto de varias características distintas. A las clases de estrellas les
daban, por nombre, diferentes letras. En orden de temperatura
decreciente, ellas son OBAFGKMLT. Las estrellas más
calientes son de la clase O mientras que las más frías son de la
clase T. Dos astrónomos, Ejnar Hertzsprung y Henry Norris
Russell, comenzaron independientemente a percibir qué podía ocurrir
si se comparaban las luminosidades estelares con sus clasificaciones
espectrales (o, alternativamente, con sus temperaturas). Ellos
supieron, así, que algunas estrellas eran más calientes y más
luminosas que el Sol, y que otras eran más frías y menos luminosas.
Hertzsprung y Russell encontraron que el 90% de las estrellas ocupan
una banda estrecha llamada "secuencia principal". Hoy, a ese
tipo de gráfica la llamamos diagrama de Hertzsprung-Russell
(o HR).
Los astrónomos, a su vez, dividen cada letra
en diez categorías de 0 a 9, con 0 siendo las estrellas más calientes de la clase espectral y 9, las más frías.
Así, una estrella B1 es más caliente que una estrella B2, y una B9 es más caliente que una A0. Nuestro Sol está en
el extremo "caliente" de la clase G, con una temperatura superficial de 5770° K que se dice, por
lo tanto, que es una estrella de clase G2.
Las clases espectrales brindan un modo conveniente para hacer referencia a la mayoría de los tipos de estrellas, desde O0, la más caliente a más de 25.000° K, hasta T9, la fría estrella fallida a 1000° K. Cada clase espectral está asociada a un color específico: todas las estrellas de tipo G, como el Sol, son amarillas; todas las de tipo M se ven rojas; y todas las B son azuladas. Entonces, el sistema de letras y números nos permite saber en qué punto del eje horizontal (color o temperatura) del diagrama HR está la estrella.
La tabla abajo muestra la clasificación
completa de las clases espectrales y la luminosidad. La imagen
abajo muestra el diagrama HR para un
centenar de estrellas típicas. El eje, en la parte inferior, muestra la clase espectral; el de la
parte superior muestra las temperaturas en grados Kelvin. El eje a la izquierda representa la luminosidad
en función de la luminosidad del Sol (un "10" significa que la estrella es diez veces más
luminosa que el Sol); el eje a la derecha muestra la magnitud absoluta.
Evolución estelarLas estrellas no son objetos estáticos. A medida que la estrella consume combustible en sus reacciones nucleares, su estructura y composición varían, afectando su color y su luminosidad. Entonces, el diagrama HR no sólo muestra los colores y luminosidades de muchas estrellas, sino que muestra a las estrellas en diferentes estados de su historia evolutiva.
Todas
las estrellas de la secuencia principal poseen
interiores lo suficientemente calientes para fusionar cuatro átomos de
hidrógeno en un átomo de helio, y este átomo de helio es 0,7%
más liviano que lo que eran los cuatro átomos de hidrógeno.
La masa perdida se convierte en energía, y esta energía se libera proveyendo a la luminosidad
de la estrella. A lo largo de miles de millones de años, el helio residual se acumula
en el núcleo de la estrella. Cuando se ha acumulado suficiente helio, éste puede
también generar reacciones nucleares. En estas reacciones, tres átomos de helio se convierten en
un átomo de carbono. El encendido de las reacciones nucleares del helio puede ocurrir
sólo cuando el interior de la estrella alcanza una mayor temperatura, y esta altísima temperatura
hace que la superficie exterior de la estrella se expanda a un mayor
tamaño del que tenía cuando permanecía en la secuencia principal. Así como el núcleo de la estrella es más
caliente, la superficie es ahora más fría, haciendo que la estrella se vuelva más roja. Así, con
el tiempo, la estrella se vuelve gigante roja, apartándose de la secuencia principal, en el centro
del diagrama HR y ocupando el área de las gigantes rojas en el extremo superior derecho.
La evolución a partir de la secuencia
principal hacia gigante roja ocurre en diferentes tiempos para las
diferentes estrellas. Las estrellas que son más pesadas y
calientes, como las de tipo O, se transforman en gigantes rojas en sólo 10 millones
de años. A estrellas más frías y livianas, como nuestro Sol, les toma 10 mil
millones de años transformarse en gigantes rojas. Este hecho realmente provee una forma de ver cuán viejo
es un grupo de estrellas, ¡sólo es necesario hacer un diagrama HR para sus estrellas y ver cuál de ellas ha evolucionado
de la secuencia principal!
Eventualmente, todo el helio del núcleo de la
estrella es utilizado. En este punto, lo que ocurrirá después depende
de la masa de la estrella. Las más pesadas, entre seis y ocho veces más masivas
que nuestro Sol, tienen suficiente presión en sus núcleos para comenzar la fusión del carbono. Una
vez que se acaba el carbono, explotan como supernovas, dejando tras de
sí a estrellas de neutrones o agujeros negros. Las estrellas menos masivas simplemente se
apagan, derramando sus capas externas en bellas nebulosas planetarias, y dejando el núcleo como una enana
blanca caliente. Las enanas blancas permanecen en la esquina inferior izquierda del diagrama HR, un verdadero
cementerio cósmico para las estrellas difuntas.
Nebulosas
Las nebulosas existen en diversas formas y tamaños
y se forman de diferentes modos. En algunas nebulosas, las estrellas se forman
a partir de grandes nubes de gas y polvo. Una vez que algunas estrellas se forman dentro
de la nube, su luz pasa a iluminar la nube, haciéndola visible. Estas regiones de formación
de estrellas son
lugares de las nebulosas de emisión y reflexión, como la famosa Nebulosa de Orión que se muestra en la imagen de la derecha.
Las nebulosas de emisión son nubes de gas a alta
temperatura. Los átomos, en la nube, son energizados por la luz
ultravioleta de una estrella cercana y emiten radiación cuando vuelven a
su estado de menor energía (las luces de neón brillan prácticamente del mismo modo). Las
nebulosas de emisión son comúnmente rojas, debido a que el hidrógeno, que es el gas
más común en el universo, en general emite luz roja. Las nebulosas de reflexión son
nubes de polvo que simplemente reflejan la luz de una o de
varias estrellas cercanas. Las nebulosas de reflexión son usualmente azules ya que la luz azul se
dispersa más fácilmente. Las nebulosas de emisión y de reflexión son vistas, a menudo, juntas
y, así, se las reconoce como nebulosas difusas. En algunas nebulosas, las regiones de formación
de estrellas son muy densas y gruesas, tanto que la luz no puede atravesarlas. Lógicamente, a
ellas se las llama nebulosas oscuras.
Otro tipo de nebulosas son las llamadas
nebulosas planetarias, resultantes de la muerte de una
estrella. Cuando una estrella ha quemado tanto material, que no puede
ya sostener sus propias
reacciones de fusión, la gravedad de la estrella causa su colapso. Cuando la estrella colapsa, su interior
se calienta. El calentamiento del interior produce un viento estelar que permanece por unos pocos miles de años y que
sopla las capas exteriores de la estrella. Cuando esas capas se han soplado, el núcleo remanente calienta
los gases, que están ahora lejos de la estrella, y los hace brillar. La "nebulosa planetaria" resultante (llamada
así debido a que su aspecto se parece al de los planetas gigantes gaseosos vistos
a través del telescopio) son envolturas de gas brillante que rodean a un pequeño núcleo. Los
astrónomos estiman que nuestra galaxia contiene alrededor de 10.000 nebulosas planetarias. Las
nebulosas planetarias son una parte común en el ciclo de vida normal de una estrella pero ellas viven
poco, sólo alrededor de 25.000 años.
Enanas marrones
Algunas estrellas fracasan antes de que comience su ciclo evolutivo: A estas estrellas fallidas se las llama enanas marrones. Las enanas marrones son bolas de gas no lo suficientemente pesadas como para que se puedan encender, en su núcleo, las reacciones de fusión y, así, su liberación de energía sólo proviene de la gravedad. Si bien su existencia había sido pronosticada por la teoría, hace largo tiempo, como ellas son frías, oscuras y difíciles de ver, la primera de ellas se descubrió hace sólo cinco años. Las enanas marrones de menor masa son, realmente, muy similares a Júpiter, mostrando absorción debida a metano en sus espectros. Las últimas dos letras en el sistema de clasificación de las estrellas por temperatura, L y T, han sido adicionados recientemente para incluir a las enanas marrones. El SDSS, en combinación con estudios de seguimiento en el infrarrojo cercano, han encontrado muchas enanas marrones pues éste cubre una gran área del cielo, puede ver objetos muy débiles y tiene un filtro en la parte roja del espectro (z'). Las enanas marrones son interesantes por dos razones. La primera razón es que pueden informarnos cuál es la menor masa para que se forme una estrella, lo cual puede, además, permitirnos saber acerca de las condiciones en las que las estrellas se forman. La segunda razón es que las enanas marrones pueden formar parte de la masa oculta o "materia oscura" en nuestra galaxia.
|